Como bien saben los seguidores de Dinero Positivo, los bancos crean dinero de la nada y lo distribuyen en forma de préstamos (crean dinero en el mismo instante en que conceden un préstamo). Cuantos más préstamos, más dinero ganan en forma de intereses. Eso les proporciona un inmenso incentivo para prestar, incluso asumiendo cada vez un mayor riesgo de impago. De esa manera se infló la burbuja inmobiliaria. No fue que ‘la gente vivía por encima de sus posibilidades’, como algunos han tratado de hacer creer para desviar la culpabilidad. Fue la enorme entrada de dinero en el sector inmobiliario (recordemos, dinero recién ‘inventado’, por lo que se podía inventar más y más, sin límite) lo que hizo subir los precios, incrementando con ello la especulación, en un círculo vicioso. La mayoría de la gente simplemente quería una casa para vivir, y pagaba por ella un precio ‘de mercado’.
Todos sabemos cómo terminó aquello: el círculo vicioso se rompió, los especuladores abandonaron el sector y los precios comenzaron un doloroso proceso de ajuste hacia valores más normales. Pero el precio ha sido terrible: todo un sector de la economía arrasado, junto con los sectores auxiliares (muebles, electrodomésticos, reformas, etc.); millones de personas al paro, y la pesadilla de los desahucios. El 60% de los procesos de desahucio tiene su origen en hipotecas firmadas entre 2004 y 2007, en plena burbuja, siendo el peor año 2007. Pese a los ‘brotes verdes’ de la economía, las ejecuciones han aumentado un 8,4%.
Todo esto no tenía que haber sucedido. El sistema monetario que propone Dinero Positivo no fomenta la creación de burbujas. Los bancos prestan ‘dinero real’ de los inversores, lo que impide que el riesgo se descontrole. No hay incentivos para la especulación. No fluye el dinero fácil recién fabricado. Es un sistema sobrio y sostenible.
El desastre social de los desahucios nos recuerda que para curar a un enfermo no tenemos que centrarnos solamente en los síntomas. Hay que curar la raíz de la enfermedad. Hay que reformar el sistema monetario actual y sustituirlo por un sistema basado en Dinero Positivo.