Los bancos de la zona euro están devolviendo los préstamos al BCE, por lo que todo ese dinero está desapareciendo del sistema. Esta puede ser una de las razones por la que la inflación ha seguido cayendo hasta llegar a tener un signo negativo. La deflación europea asusta enormemente a los economistas de todo el mundo, por lo que crecen las presiones para que el BCE se ponga a crear dinero en grandes cantidades. Todos los programas de inyección de dinero a través del sistema bancario han fracasado.
Y el BCE ha recogido el guante. Un reciente dictamen del Tribunal Europeo ha determinado que comprar deuda pública entra dentro de las competencias del BCE (algo curioso porque hasta ahora habían repetido una y otra vez que monetizar deuda no es compatible con sus estatutos), y tanto los miembros del Consejo de Gobierno como el propio presidente Draghi hablan ya abiertamente de lanzar cuanto antes el programa de creación de dinero y compra de deuda pública, con la esperanza de crear algo de inflación.
Hay muchos detractores que opinan que estas medidas premian a los gobiernos que no han sido capaces de implantar reformas para controlar su gasto y su déficit, y también que existe un riesgo de que la inflación se descontrole. Como siempre, el debate público y transparente es inexistente, y los políticos miran todos estos acontecimientos como las vacas al tren, dejando todo el protagonismo al ‘independiente’ BCE. No existe el más mínimo debate, ni en nuestro país ni en toda Europa, sobre la cantidad de dinero a crear ni acerca de qué hacer con él.
Lo que está claro es que en la reunión del Consejo de Gobierno del 22 de enero van a anunciar medidas importantes. A estas horas las imprentas en Frankfurt deben estar calentando motores!