¿A quién le molesta el euro digital? La batalla en la UE está ocurriendo ahora

December

9

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Mientras lees estas líneas, en Bruselas se negocia algo que va a influir directamente en tu día a día, aunque casi nadie hable de ello: el futuro del dinero que usamos para vivir.
Europa está decidiendo cómo será el euro digital y, con ello, qué tipo de dinero tendremos en un mundo donde todo se mueve a golpe de clic.

La pregunta de fondo es sencilla, pero determinante para nuestro futuro:  ¿podremos seguir utilizando dinero público, seguro y protegido por el Estado, o quedaremos completamente en manos de bancos privados y de grandes corporaciones tecnológicas?

Por qué esto te afecta (y por qué importa justo ahora)

El saldo que ves en tu cuenta bancaria no es “dinero público”: es una promesa de un banco privado. Y las promesas de las empresas duran… mientras la empresa aguante.
El único dinero totalmente seguro que existe hoy es el efectivo. Por eso sigue siendo tan valioso para nuestra libertad financiera.

Pero la realidad es que el mundo se digitaliza a toda velocidad.  Y ahora mismo se están tomando decisiones cruciales sobre cómo será el dinero digital en Europa y quién lo controlará.

La gran cuestión es:  ¿se diseñará un euro digital pensando en la ciudadanía, o se recortará para que nada cambie y los bancos sigan teniendo el monopolio?

Qué está pasando en Bruselas ahora mismo

Tras meses de parálisis, el Parlamento Europeo ha retomado la discusión sobre el euro digital. Pero el arranque no es precisamente alentador.

El eurodiputado encargado del expediente, Fernando Navarrete, ha dejado caer dudas sobre si siquiera necesitamos un euro digital, justo cuando el Banco Central Europeo insiste en que es esencial para la estabilidad financiera y para no depender de gigantes extranjeros.

Y hay un dato revelador: desde que asumió el cargo en 2024, el 77% de sus reuniones sobre el tema han sido con bancos y empresas de pagos, y solo una con organizaciones sociales.
Si alguna vez te has preguntado por qué la regulación financiera siempre parece escrita por y para el sector financiero, aquí tienes un ejemplo perfecto.

Los bancos saben muy bien lo que está en juego. Están presionando para que el euro digital nazca tan limitado que termine siendo inútil en la práctica.
En la última intervención pública, Navarrete incluso lo describió como “otro sistema de pago más”, centrado en la “soberanía de pagos”.

Pero ese no es el punto.  Un euro digital sería dinero público, como los billetes y monedas. No sería propiedad de ninguna empresa.  Si lo reducimos a otro sistema de pago privado, corremos el mismo riesgo que ya vivimos: que termine vendido a intereses externos, como pasó con Visa Europa, que acabó absorbida por Visa de EE.UU.

Hoy, dos empresas estadounidenses controlan el 65% de los pagos con tarjeta en Europa. Y eso significa dependencia. Si ellas fallan, fallamos todos.

Qué hace que el dinero sea realmente “dinero”

Pagar es solo una parte. El dinero sirve para almacenar valor, proteger tu futuro y garantizar estabilidad.

Por eso, si queremos un euro digital que funcione de verdad, no puede ser una aplicación con un tope de 3.000 euros ni un producto tan recortado que ni siquiera permita cobrar un salario o pagar un depósito de alquiler.

Necesitamos dinero público en formato digital, emitido directamente por el Banco Central Europeo, aceptado en todas partes, que funcione incluso si caen los sistemas y que no pueda quebrar ni ser apagado por una empresa extranjera.
Un dinero accesible, robusto y libre de intermediarios.

Si los límites y restricciones propuestos salen adelante, el euro digital nacerá muerto.
Y en ese vacío crecerán alternativas privadas de riesgo, como los stablecoins.

En enero de 2026 se presentarán las enmiendas que definirán su futuro, y la votación llegará en primavera.  El tiempo corre… y la ciudadanía apenas está presente en la conversación.

El futuro del dinero se está decidiendo sin nosotros

La cuestión es tan clara como inquietante: ¿será el euro digital una herramienta al servicio de las personas, o un producto diseñado para no incomodar a los bancos?

Si queremos un dinero digital realmente seguro, público y útil, necesitamos que quienes legislan escuchen más allá de los lobbies. Es ahora cuando se decide si tendremos un sistema monetario preparado para el futuro… o si seguiremos atrapados en el de siempre.

About the author, Mario Martínez Lorenzo

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