Lo que la encíclica papal dice sobre los mercados financieros

Lo que la encíclica papal dice sobre los mercados financieros

El Obispo de Roma, Francisco, máxima autoridad jerárquica de la Iglesia Católica, acompañado por autoridades de la Iglesia Ortodoxa, ha publicado una encíclica, que es un documento de máxima autoridad dentro del Magisterio eclesial, titulado Laudate si (primeras palabras en italiano medieval del Cántico a las Criaturas de San Francisco de Asís), dedicada preferentemente a la ecología.

La encíclica es de gran interés. Avala los máximos morales, culturales y científicos de la ecología profunda, aquella que predica cambios profundos en nuestra cultura y régimen de vida para salvar la vida en la Tierra.

Stephen Zarlenga, en The lost Science of Money, afirma, irónicamente, pero muy en serio, que Juan Pablo II es el mejor economista del mundo, porque propone la mejor solución, que es destruir la deuda que tiene esclavizados a millones de seres humanos.

El actual papa deja durante su encíclica auténticas perlas contra el régimen económico y financiero actual. El Grupo de Investigación de Dinero Positivo quiere compartir con vosotros en particular el párrafo 189, analizando su contenido, para mostrar que realiza una lectura de la realidad muy próxima a la que nosotros proponemos, y que es un auténtico rapapolvo a los políticos y economistas que defienden el sistema actual:

189. La política no debe someterse a la economía y esta no debe someterse a los dictámenes y al paradigma eficientista de la tecnocracia. Hoy, pensando en el bien común, necesitamos imperiosamente que la política y la economía, en diálogo, se coloquen decididamente al servicio de la vida, especialmente la vida humana. La salvación de los bancos a toda costa, haciendo pagar el precio a la población, sin la firme decisión de revisar y reformar el entero sistema, reafirma un dominio absoluto de las finanzas que no tiene futuro y que solo podrá generar nuevas crisis después de una larga, costosa y aparente curación. La crisis financiera de 2007-08 era la ocasión para el desarrollo de una nueva economía más atenta a los principios éticos y para una nueva regulación de la actividad financiera especulativa y de la riqueza ficticia. Pero no hubo una reacción que llevara a repensar los criterios obsoletos que siguen rigiendo al mundo. La producción no es siempre racional, y suele estar atada a variables económicas que fijan a los productos un valor que no coincide con su valor real. Eso lleva muchas veces a una sobreproducción de algunas mercancías, con un impacto ambiental innecesario, que al mismo tiempo perjudica a muchas economías regionales. La burbuja financiera también suele ser una burbuja productiva. En definitiva, lo que no se afronta con energía es el problema de la economía real, la que hace posible que se diversifique y mejore la producción, que las empresas funcionen adecuadamente, que las pequeñas y medianas empresas se desarrollen y creen empleo.

Hay varias frases que, por su importancia, queremos entresacar, y que están en la línea de lo que nosotros proponemos:

1-Pensando en el bien común, la política y la economía deben estar al servicio de la vida, particularmente de la humana. Efectivamente, eso es lo que proponemos. La moneda entregada a los bancos solo sirve a una minoría y machaca a todos los demás. El poder monetario debe ser políticamente democrático y funcionar al servicio del bien común. La propuesta de “dinero soberano” en la que estamos insertos persigue este objetivo.

2-La salvación de los bancos a toda costa, haciendo pagar el precio a la población, sin la firme decisión de revisar y reformar el entero sistema, reafirma un dominio absoluto de las finanzas que no tiene futuro y que solo podrá generar nuevas crisis después de una larga, costosa y aparente curación. Este párrafo es para enmarcar y para ponérselo en las narices a nuestros gobernantes y a los gobernantes europeos, muchos de los cuales se declaran católicos. Lo más importante para nosotros, grupo de investigación sobre temas monetarios, es que expresa una magnifica comprensión de cómo funciona nuestros deplorable sistema monetario, muy superior técnicamente a las penosas explicaciones que dan toda esa legión de economistas siervos del régimen actual: nuestro sistema actual es intrínseca e inevitablemente desastroso, engañoso y dañino; sus recuperaciones son ficticias y momentáneas, llevan una y otra vez al desastre. Por más que se empeñen nuestros dirigentes, toda “recuperación” es otra dañina burbuja que estallará; y así siempre.

3-La crisis financiera de 2007-08 era la ocasión para el desarrollo de una nueva economía más atenta a los principios éticos y para una nueva regulación de la actividad financiera especulativa y de la riqueza ficticia. Pero no hubo una reacción que llevara a repensar los criterios obsoletos que siguen rigiendo al mundo. ¡Exacto! ¡Para eso nacimos nosotros!

4-La producción no es siempre racional, y suele estar atada a variables económicas que fijan a los productos un valor que no coincide con su valor real. Eso lleva muchas veces a una sobreproducción de algunas mercancías, con un impacto ambiental innecesario, que al mismo tiempo perjudica a muchas economías regionales. La burbuja financiera también suele ser una burbuja productiva. Este párrafo muestra, de nuevo, una comprensión del sistema financiero muy superior al lamentable comportamiento que muestra nuestra casta de economistas pelotas y políticos que venden la ciudadanía a los intereses de los poderes financieros. Reconoce el problema contable que genera el sistema actual, cuya valoración de precios, salarios, beneficios y demás señales que orientan la producción queda completamente distorsionada por la producción de crédito bancario, que genera “sobreempoderamiento” artificial de unos sectores contra otros. El sistema actual es un sistema de “dopaje sistémico” de unos sectores, como el financiero, la construcción y la obra civil, sobre otros, realizado por los bancos por conveniencia propia. Esos sectores “ganan la carrera” de la competencia entre sectores no porque sirvan mejor al interés común, sino porque el mecanismo de creación de dinero bancario mediante crédito los necesita para seguir creciendo y aumentando su poder.

EN RESUMEN

El papa Francisco y su equipo entienden perfectamente el funcionamiento deplorable e interesado de la economía actual. Podrían dar lecciones a todos los bancos centrales, presidentes de bancos, presidentes de gobierno y a todos los economistas siervos complacientes del sistema monetario que nos está dañando tanto. Entiende perfectamente los problemas contables y distorsionadores insolubles, repetimos, insolubles, del sistema monetario que millones de seres sufren, humanos y no humanos. Sabe explicarlos en todas sus dimensiones: políticas, morales, humanas, ecológicas y contables. Recomendamos a todos nuestros dirigentes bancarios y políticos que reciban en el Vaticano un curso urgente sobre cómo funciona realmente y daña la vida humana el sistema monetario que ellos defienden.

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