Recientemente se ha cerrado el programa de estímulos de la Reserva Federal norteamericana denominado QE. Se inició en 2008, y en estos 6 años la FED ha creado alrededor de 3.5 billones de dólares, pasando su balance de 1 billón a 4.5 billones, aproximadamente. Esto es, cada dólar de su base monetaria se ha cuadruplicado.
¿Y qué se ha hecho con todo ese dinero recién fabricado? Pues una parte ha llegado al gobierno en forma de compra de bonos del Tesoro. Eso ha permitido al gobierno americano financiarse con facilidad y a bajos tipos de interés. Pero ojo, por supuesto esa financiación ha sido en forma de deuda: se suma a la deuda pública, paga intereses, y algún día habrá que devolverla (o eso se supone). La mayor parte del dinero sin embargo se ha hecho llegar al sistema financiero mediante la compra de activos financieros basados en hipotecas. Si, esos activos que tenían difícil venta o que podían devaluarse fuertemente se los ha comprado la FED amablemente.
Jamás se había llevado a cabo un plan de estímulo monetario de esta envergadura, por lo que es muy interesante observar sus efectos. El gobierno está encantado porque ha dispuesto de dinero abundante y barato, aunque en forma de deuda. Los bancos están encantados porque han saneado sus balances. Y los inversores están encantados ya que ese flujo de dinero ha hecho que la bolsa suba como nunca marcando récords históricos.
Sin embargo hay más dudas acerca de sus efectos sobre la economía real. Hasta el punto que los medios de comunicación ya se empiezan a cuestionar el sistema que se ha empleado para repartir del dinero creado en el QE. Así, The Guardian dice “El QE podría haber sido mejor diseñado, … Retrospectivamente, se puso demasiada fe en que los bancos canalizarían ese dinero. Dar un cheque directamente a los ciudadanos hubiese colocado ese dinero en la economía de forma mucho más efectiva” y The Telegraph “Es posible que aún necesitemos un QE4. Si es así, inyectemos los estímulos directamente en las venas de la economía, construyendo carreteras, casas e infraestructuras para el siglo XXI”.
Las propuestas de Positive Money sobre la creación y distribución del dinero empiezan a tener eco en los principales medios. ¿Para cuando una reflexión así en los medios europeos? Recientemente el BCE ha lanzado un plan de estímulos, un “QE a la europea” de un billón de euros. Parece increíble que ni en el ámbito político ni entre los medios especializados se produzca el más mínimo debate acerca de qué hacer con esa montaña de dinero.