El pasado 20 de noviembre el parlamento británico debatió sobre la cuestión “creación de dinero y sociedad”. Era un debate en el que no se realizaban votaciones ni se modificaban leyes. Solamente una oportunidad para debatir temas interesantes fuera de la agenda del gobierno.
El punto de vista del gobierno fue aportado por Andrea Leadsom, Secretaria Económica del Tesoro, responsable de la reforma y regulación financiera. Desde luego, no se esperaba que esta miembro del gobierno fuese partidaria de las propuestas de Positive Money, pero sus críticas fueron sorprendentemente suaves. Andrea Leadsom expuso su oposición al concepto de ‘dinero soberano’, argumentando su negativa a través de 7 preguntas, que posteriormente Ben Dyson, fundador de Positive Money pasó a responder en su blog:
1) ¿Cómo podría el Comité Monetario evaluar cuánto dinero debería ser creado para cumplir con el objetivo de inflación y apoyar la economía?
Actualmente el Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra es responsable de establecer el tipo de interés, como medio muy indirecto de influenciar en la cantidad de dinero que los bancos crean. Este comité de 9 personas tiene acceso a estudios de expertos así como a una cantidad de datos acerca de la salud de la economía. Los miembros del comité están hasta dos días deliberando antes de emitir su voto para subir o bajar los tipos de interés.
En un sistema de dinero soberano el proceso sería más o menos el mismo, pero en lugar de decidir sobre el tipo de interés decidirían sobre la cantidad de dinero que hay que crear (puesto que en ese momento los bancos comerciales ya no crearían dinero).
Algunos críticos parecen confundirse en este punto. Piensan que el comité debería conocer de alguna forma mágica cuánto dinero debería tener cada persona. Pero esa no sería la función del comité. La cantidad total de dinero estaría continuamente creciendo, y el comité debería solamente aumentar o disminuir la velocidad a la que se crea el dinero. Deben responder a los cambios en la economía y tomar esta decisión cada mes. Si los críticos piensan que tomar esta decisión es imposible, lógicamente se deduce que también creen imposible que el Comité de Política Monetaria elija el tipo de interés correcto.
2) Si el Banco Central tuviera el poder de financiar las políticas del Gobierno, ¿cuales serían las implicaciones para la credibilidad del marco fiscal y la capacidad del Gobierno de acudir al mercado a financiarse en caso de que tuviera necesidad?
Esto está relacionado con el miedo a que, si el gobierno tuviese el poder de crear dinero, haría funcionar la imprenta para financiar cualquier proyecto que le hiciese ganar votos. El miedo a que esto sucediera atemorizaría a los inversores hasta el punto que dejarían de comprar los bonos del Tesoro. Esa es la razón para quitar ese poder de las manos de los gobiernos y ponerlo en las manos de los bancos, que ya sabemos que jamás lo utilizarían de forma imprudente o excesiva (!!!).
No hace falta pensar mucho para encontrar una respuesta a esto.
Primero, no proponemos que sea el propio gobierno (compuesto de políticos que piensan en la reelección) quien haga la decisión sobre cuánto dinero crear. Tienen demasiados incentivos para abusar de este poder, especialmente en época de elecciones. Por eso defendemos que el poder de crear el dinero debe estar en manos de un organismo transparente y democrático. Su decisión sobre si la creación de dinero debe incrementarse o ralentizarse no debe ser tomada en función de lo que el gobierno necesita, sino de lo que sea apropiado para la economía del país. Si el Parlamento pone al Comité un objetivo de inflación, esto impedirá al Comité crear dinero en exceso.
La moneda obtendría una mayor confianza, no menor, puesto que habría transparencia sobre cuánto dinero se va a crear cada año, mientras que en el sistema actual el dinero se crea por bancos privados que compiten en ver quién crea más. El resultado ha sido que la cantidad de dinero ha crecido un 11,5% al año durante los últimos 40 años. Esto es muchísimo más que la tasa de crecimiento de la economía real en ese período.